jueves, 22 de noviembre de 2007

NADIE...

NADIE.

SAN IGNACIO DE LOYOLA EN LA CUEVA DE MANRESA.

Nadie se hace corriente,
sin haber sido agua muchas veces...
Nadie se hace flor,
sin haber sido primero cascarón y semilla...
Nadie cuaja en fruto,
sin haber vivido bajo tierra en buen tiempo...
Nadie llega a la muralla,
sin haber empezado por ladrillo...
Nadie sube una escalera,
sin haber pisado escalón por escalón...
Nadie ama la vida,
sin haberle conocido todos sus matices...
Nadie perdona,
sin haber goteado todo su veneno...
Nadie se conforma,
sin haber sentido la mano de Dios...
Nadie se conoce,
sin desnudar su conciencia...
y descartar su apasionamiento...
Nadie llega a la cima,
sin haber resbalado muchas veces subiendo la montaña...
Nadie concibe un ideal,
sin una mecha dentro...
Nadie cumple su destino,
sin trazar su meta... aferrarse al timón...
y plantarse ante la vida...
Nadie puede conocer la religión,
sin el "botón de oro" de la muerte de Cristo...
Nadie pesca almas,
sin tirar las redes...
Nadie oye a los que pasan,
sin abrir sus ventanas...
Nadie se resignaría a morir,
si la muerte no fuera puerta...
principio... cielo... ¡y Dios!
Nadie es feliz por conseguir lo que quiere,
sino por querer el bien... el amor...
y la dicha de todos.
Nadie podría entender esta vida,
si no miráramos al derecho lo que esta al revés...
y no miráramos por otro lado, los renglones torcidos.
Nadie reparte lo que tiene,
sin amor al hermano... sin sentido de justicia...
y sin generosidad del corazón...
Nadie alcanza la meta con un solo intento,
Ni perfecciona la vida con una sola rectificación.
Ni alcanza altura con un solo vuelo...
Nadie camina la vida,
sin haber pisado en falso muchas veces...
Nadie recoge cosecha,
sin probar muchas clases de semillas...
Nadie mira la vida,
sin acobardarse en muchas ocasiones...
Nadie llega a puerto, sin bracear muchas veces...
Ni siente el amor, sin probar sus lágrimas...
Ni recoge rosas, sin sentir sus espinas...
Ni forma hogar, sin prolongarse en otros...
Ni cultiva amistad, sin renunciar a si mismo...
Ni se hace hombre, sin sentir a Dios...
Nadie sería nada,
sin la "Gracia Divina" detrás de cada sueño...
de cada conquista... de cada éxito... de cada galardón
¡Nadie seria ni lo poco que somos!
( del libro Ramillete de Estrellas ).

ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

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