domingo, 16 de diciembre de 2007

EL CAMINO DE BELÉN - EVANIBALDO DIAZ.

El camino de Belén - Evanibaldo Díaz.

Pasando por las calles, me he dado cuenta de que ya se han encendido los primeros adornos navideños. Son muchas las familias que merodean las calles escogiendo sus regalos para esta fecha tan simbólica. En sus casas aparecen los pinos, las luces multicolores, la escarcha y las esferas. Son personas que preparan las fiestas de Navidad con mucha antelación. ¿Se prepararán así para la Navidad? Porque una cosa son las fiestas y otra, muy distinta, la Navidad.
Creo que si vagáramos los callejones y las grandes avenidas de las almas de las personas, no las encontraríamos tan bien adornadas. Como que a veces se nos olvida que para llegar a Belén hay un camino.
Preparamos con esmero las comidas, los adornos y los lugares de las fiestas de Navidad. No se nos pasa nada: programamos con detalle la hora de la cena, las botellas de sidra, los lugares en la mesa y hasta los villancicos que escucharemos. Si no encontramos algo hurgamos en todos los lugares para encontrarlo y tres días antes, revisamos dos veces que no falte nada. ¿Cuántas veces hemos hecho esto con nuestra alma? Porque, a fin de cuentas, será ella la que verdaderamente reciba al Niño-Dios. Desgraciadamente siempre ponemos en regla el corazón antes de la Navidad.
Cuentan que Alcide de Gasperi, una vez que había puesto el nacimiento en su casa, colocaba dos ovejitas de terracota al filo del monumento. Representaban a sus dos hijas que, cada día, adelantaban un poco su figurita si habían obrado bien durante el día; o la retrasaban si sus acciones no habían sido muy loables durante la jornada.
¡Buen método para prepararse para la Navidad! Sobre todo, porque nos recuerda que no se puede llegar a Belén de repente, sino que hay un camino. Que yo sepa los pastores no se aparecieron en el portal igual que el ángel, o los reyes magos no llegaron a ver al Niño por arte de aparición. Al contrario aviaron bien los camellos y viajaron varios días hasta encontrar a Jesús.
No imaginemos que con ir a misa o rezar un Rosario estamos listos para acoger a Jesucristo. Antes debemos aplicarnos a esa tarea, con un poco de amor a Dios y desamor de nosotros mismos.
Sin embargo, hay una diferencia entre nuestra preparación exterior y la interior. Una se puede hacer en tres o cuatro días bien organizados, mientras que la segunda, como nos recuerda el cuento se hace cada día. El camino de Navidad no son compras que se pueden realizar de un día para otro y en cualquier lugar. Antes bien, requiere que nuestra ovejita avance día a día y no a trompicones.
Desgraciadamente a Belén no se puede llegar el helicóptero, ni siquiera en coche. Hay que subir con los propios pies, hay que luchar con el lodo del camino y con el frío del invierno.
Para llegar a Belén hay un camino. Que esta Navidad no lo ofusque la niebla o la indiferencia. Porque cuando se llega a Belén, se conoce de verás el amor.

" LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES " - BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO.

Fuente: equipogama@arcol.org / www.masalto.com
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

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