lunes, 18 de febrero de 2008

EL SEGUNDO UMBRAL PARA VIVIR LA CUARESMA : LA ASCENSIÓN A LA MONTAÑA.

MONTE TABOR.

EL SEGUNDO UMBRAL PARA VIVIR LA CUARESMA - LA ASCENSIÓN A LA MONTAÑA
El segundo umbral de nuestra hoja de ruta es un paso de montaña. Lugar de encuentro con el misterio que nos fascina y nos aterroriza. Ascender será una manera de adentrarnos en la soledad del corazón. Porque subir a la montaña es iniciarse en la ascensión del corazón.
El corazón tiene sus pasos, sus veredas, sus desfiladeros… y por todos ellos hay que transitar para ascender al encuentro de Aquel que siempre nos espera en la cumbre, entre nubes, inaccesible para los que no quieren arriesgar sus pies en la aventura.
Hay que tomar una decisión previa: con quienes queremos iniciar el ascenso, con qué apoyos humanos, con qué recursos. Si tenemos fortaleza de ánimo para el duro camino, para sortear los obstáculos, para confiar en Quien desde lo más íntimo del corazón nos guía.
Con Jesús, sus tres amigos emprenden la subida al monte de Dios, y nos invitan a tomar su mano y a acompañarles en la aventura. Animosos alcanzaremos con ellos la cima, pero sin saber lo que allí nos aguarda.
El carisma y la profecía coinciden de forma misteriosa en un horizonte de cruz. Por eso cuando la conversación de Jesús con ellos se hace más densa y peligrosa, cuando la sombra del fracaso se abre paso entre sus comentarios, nos entra miedo y nos sobrecogemos como los tres amigos, apegados a la tierra.
La Sombra del Altísimo nos cubre como a María y la Fuerza del Misterio nos levanta de nuestra ensoñación. No hay que hacer tres chozas, sino bajar a la llanura de Esdrelón y continuar la tarea de sanación y de anuncio.
El umbral de la montaña tiene doble dirección: subimos para bajar. Nos adentramos en el misterio numinoso de la Presencia para salir fortalecidos
y seguir caminando junto a Jesús… hasta el próximo umbral.
¿Sabremos o no sabremos atravesarlo?
FUENTE : capillaarrupe.webnode.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

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