martes, 12 de febrero de 2008

SER PEQUEÑO ANTE DIOS.

PEQUEÑEZ
Coloquémonos humildemente entre los imperfectos, considerándonos almas pequeñas a las que Dios tiene que sostener a cada instante. ... (...) ... Sí, basta con humillarse, con soportar serenamente las propias imperfecciones. ¡He ahí la verdadera santidad!
(Santa Teresa de Lisieux)

Cuando no siento nada, cuando soy INCAPAZ de orar y de practicar la virtud, entonces es el momento de buscar pequeñas ocasiones, naderías que agradan a Jesús más que el dominio del mundo e incluso que el martirio soportado con generosidad. Por ejemplo, una sonrisa, una palabra amable cuando tendría ganas de callarme o de mostrar un semblante enojado ... "
(Santa Teresa de Lisieux)

El Señor, como un padre que juguetea con su hijo, estrechará y besará a quien viene a él con un corazón de niño.
(La Nube del No Saber)

Es precisamente mi debilidad lo que me da la audacia para ofrecerme como víctima a tu amor, ¡oh Jesús!
(Santa Teresa de Lisieux)

Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios, porque Él revela sus secretos a los humildes.
(Antífona para el Magníficat, Primeras Vísperas
domingo XXII ciclo C).

Las obras extraordinarias no están a mi alcance. ¿Cómo demostraré a Dios mi amor si éste se prueba en las obras? Por mis pequeñas acciones y sacrificios. ¡Como niña, sembraré de flores sus caminos! y Jesús los mirará complacido.
(Santa Teresa de Lisieux)

María ha sabido entenderse con Dios, porque ha podido ofrecerle lo único que él deseaba: su pequeñez.
(Jean Lafrance)

Nada de lo que tiene fin es grande.
(Beato Rafael Arnáiz)

Para encontrar a Cristo, es preciso ofrecerle la miseria del propio pecado y la sed de la vida divina.
(Jean Lafrance)

Para pertenecer a Jesús hay que ser pequeña. He ahí la perfección. Esto no deja de ser un privilegio; pero ¡cuánta humildad se necesita para aceptarlo! ¡Y qué pocas almas aspiran a ser desconocidas!
(Liagre)

Prácticamente, en toda vida humana, la única y verdadera grandeza a los ojos de Dios consiste en hacer las cosas pequeñas con mucho amor, en renunciar por Dios a esa serie de insignificancias de que está tejida nuestra vida.
(Liagre)

Si queremos llegar a ser conocedores de lo divino, e íntimamente contemplativos, aspirando a la revelación del rostro de Dios, hemos de habituarnos a esa pasividad estática, hecha con tonos de humildad y sencillez de corazón, pues el hacerse pequeños, más pequeños todavía, los más pequeños posibles, es el gran secreto de la vida mística. (Alberico Feliz)

Si todas las almas débiles e imperfectas sintieran lo que siente la más pequeña de todas las almas, el alma de tu Teresita, ni una sola perdería la esperanza de llegar a la cima de la montaña del amor, pues Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud...
(Santa Teresa de Lisieux)

Soy un alma muy pequeña que no puede ofrecer a a Dios más que cosas muy pequeñas.
(Santa Teresa de Lisieux)

Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a los pequeños. (Lc. 10, 21)

"El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz "
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

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