martes, 7 de octubre de 2008

MI MAESTRO - P. MIGUEL ORTEGA R.

" Mi Maestro " - P. Miguel Ortega Riquelme." He decidido ser feliz.
Y por eso me parece indispensable
mirar larga y reposadamente
a quien es el hombre más feliz y
más pleno de toda la historia de la tierra :
Jesucristo.
A veces hemos recibido casi exclusivamente la imagen de un Cristo de dolores, de desprecios, de latigazos, de sangre y sacrificios.

Lo vemos siempre colgando de un madero,
con sus pies y manos traspasadas y su cabeza coronada con espinas.

Se nos insiste demasiado en sus tormentos y se nos da la sensación de ser un fracasado.

Es verdad, eso sí, que Él conoció el dolor de un modo extraordinario.

Pero los más diversos predicadores se olvidan de decirnos y anunciarnos
que Jesús pasó por este mundo
irradiando una extraordinaria simpatía
y contagiando su impresionante gozo de vivir.

A su paso los pobres, los desamparados, los enfermos y los tristes se sentían especialmente contentos y entusiasmados.
Lo seguían a todas partes y hasta se olvidaban de su comida por oírlo.

Los predicadores no nos recuerdan que Jesús
vive hoy resucitado y glorioso,
que no está crucificado en un madero, que no sufre los tormentos,
y que vive en la plenitud del gozo.

Tengo que decírmelo muchas veces :
el Mesías en el que yo creo y al que sigo está lleno de alegría y de felicidad.

Vivió en esta tierra igual a todos nosotros. Con una diferencia :
Él hizo un descubrimiento original y estraordinario :
encontró el Camino para ser feliz.

¡ Eso era lo que la humanidad por largos siglos anhelaba y esperaba !
¡ Todos ! ¡ Y yo también !

Y ese hermoso Camino nos lo propuso a nosotros en el sermón del monte
como una nueva ley de libertad.

Con nuestra sola inteligencia no lo podemos llegar a descubrir.

Inspirado en su ejemplo y su Palabra
yo sacaré de mi cabeza y de mi corazón
la ambición de tener más de lo que tengo.

Debo convencerme yo primero de que la felicidad no está en las cosas, ni en el poder, ni en el placer, ni en el dinero,
ni en los bienes de esta tierra.

Voy a fijar entonces mi mirada en quienes poseen menos y en quienes me necesitan más.

No me dejaré arrastrar por los " profetas " que pregonan la violencia agresiva en el gesto o en las palabras.

Tendré mucho cuidado de aceptar la mentira de una felicidad superficial de millonarios.
No me convencerán los propagandistas del consumo.
No haré caso de sus mensajes " científicamente " pensados para que yo adquiera sus productos.

Viviré sencillamente.

No entraré en el mercado para ser el más elegante,
ni el más poderoso, ni el más acaudalado, ni el más bello,
ni el de mayores éxitos o triunfos, ni siquiera el más bueno o el mejor.

Cuando tenga algo, lo sabré gozar y compartir.
Cuando no tenga, sabré apreciar los otros dones que poseo en abundancia.

Me inspiraré en Jesucristo, en su estilo, en su testimonio y en sus palabras.
Él es el modelo y el Maestro al que yo quiero seguir e imitar.
Él es consecuente y verdadero.

Jesús, antes de " hablar" en la montaña,
" vivió " las Bienaventuranzas cada día.
En ellas descubrió el camino.
Su propuesta no es una aventura loca.
Es una experiencia probada por Él mismo.
Es su descubrimiento original.
Es su mayor aporte a la humanidad entera.
Su mayor entrega a los que lo buscan.

Por eso Jesús las anunció alegremente y quiso compartirlas con nosotros.
Lo que Él vivió, lo que Él experimentó y descubrió a lo largo de su Vida lo propuso para que nosotros lo viviéramos.

Yo le creo. Con toda el alma.

Por eso haré de las Bienaventuranzas mi elección para siempre,
mi programa de trabajo, mi proyecto de vida,
mi opción personal,
mi empeño cotidiano.

Este es mi Camino para ser feliz, intensamente feliz,
todos los días, a cada rato, hoy, aquí, contigo y con otros,
para siempre.

No hay otro Camino.Sin duda alguna. "

( de " He decidido ser feliz ", P. Miguel Ortega R., Ed. San Pablo ).

ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO VARGAS.

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